La orquesta se despidió la noche del sábado con un concierto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con la Séptima Sinfonía de Mahler, una obra con la que arrancaron aplausos no sólo en este escenario, sino en los diversos teatros en los que se presentaron en este recorrido
La Sinfónica Simón Bolívar cerró su gira Bicentenaria en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo | Nohely Oliveros/ Prensa Fundamusical Simón Bolívar
Más allá de cualquier separación geográfica, de lenguas y acentos, de formalismos diplomáticos, en las profundidades del Sur latieron con más fuerza los corazones y las esperanzas de miles de niños y jóvenes. Sus ídolos, sus ejemplos vivientes, sus hermanos solidarios: el maestro Gustavo Dudamel y la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar estaban allí sobre el escenario y en sus escuelas y núcleos, para compartir el sagrado ritual de la música ejecutada con pasión y excelencia. Tal vez como nunca antes, la consigna "Tocar y Luchar" tiene más vigencia y significado. Durante los encuentros y ensayos que el maestro Dudamel y los músicos de la orquesta sostuvieron con los jóvenes y niños de los núcleos de orquestas en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Colombia, quedó claro que para alcanzar el alto nivel artístico y convertirse en emblema del nuevo movimiento sinfónico mundial, hace falta tocar y trabajar mucho para verse en ese ejemplo y modelo venezolano.
La Gira Bicentenaria fue más que un tributo musical para el público suramericano que fue testigo de exitosos conciertos en Bahía, Sao Paulo Río de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile y Bogotá. Se convirtió en un termómetro que constató las altas temperaturas, así como el impacto artístico y social que el Sistema de Orquestas venezolano tiene en otras latitudes.
La Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar se despidió la noche del sábado con un concierto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con la Séptima Sinfonía de Mahler, una obra con la que arrancaron aplausos no sólo en este escenario, sino en los diversos teatros en los que se presentaron en este recorrido.
Los espectadores del Sur también escucharon obras del repertorio latinoamericano que son parte del cancionero universal como Santa Cruz de Pacairigua, del venezolano Evencio Castellanos, y la Sinfonía India, del mexicano Carlos Chávez. Una de las obras más aplaudidas por la crítica fue Pájaro de Fuego de Stravinsky, un compositor que la orquesta ha trabajado con profundidad.
Fuente: http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/218632/Arte%20y%20Espect%C3%A1culos/Sinf%C3%B3nica-de-la-Juventud-venezolana-culmin%C3%B3-gira-Bicentenaria-en-Bogot%C3%A1
La Gira Bicentenaria fue más que un tributo musical para el público suramericano que fue testigo de exitosos conciertos en Bahía, Sao Paulo Río de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile y Bogotá. Se convirtió en un termómetro que constató las altas temperaturas, así como el impacto artístico y social que el Sistema de Orquestas venezolano tiene en otras latitudes.
La Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar se despidió la noche del sábado con un concierto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con la Séptima Sinfonía de Mahler, una obra con la que arrancaron aplausos no sólo en este escenario, sino en los diversos teatros en los que se presentaron en este recorrido.
Los espectadores del Sur también escucharon obras del repertorio latinoamericano que son parte del cancionero universal como Santa Cruz de Pacairigua, del venezolano Evencio Castellanos, y la Sinfonía India, del mexicano Carlos Chávez. Una de las obras más aplaudidas por la crítica fue Pájaro de Fuego de Stravinsky, un compositor que la orquesta ha trabajado con profundidad.
Fuente: http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/218632/Arte%20y%20Espect%C3%A1culos/Sinf%C3%B3nica-de-la-Juventud-venezolana-culmin%C3%B3-gira-Bicentenaria-en-Bogot%C3%A1